Según tres estudios realizados en tres clubes de rugby
españoles, los daños más comunes producidos a la hora de practicar este deporte
son las lesiones musculares y las de los ligamentos o articulaciones,
localizadas principalmente en la rodilla y los tobillos. En las roturas de
hueso, las más producidas son las de clavícula.
Los clubes de rugby que han formado la muestra de la
investigación son: el equipo de la Asociación Alumni, el Oviedo Rugby Club y el
Córdoba Rugby Club (C.R.C.). Los resultados muestran que el 59,6 % de los traumatismos son de carácter muscular,
ligamentoso y articular, siendo la rotura de ligamentos de la rodilla (lateral
interno, cruzado y posterior) las más producidas. Las lesiones óseas en los
tres estudios sólo se han registrado en un 8%, siendo efectivamente las
clavículas los huesos más afectados (al empujar con los hombros).
El fisioterapeuta deportivo Álvaro Rubio Izaguirre, que fue
durante dos años el fisioterapeuta del equipo de rugby de la Universidad Rey
Juan Carlos I, ha declarado que, al ser un deporte de contacto, las zonas más
afectadas son las rodillas, los músculos isquiotibiales (en la parte posterior
del muslo) y los tobillos. Rubio Izaguirre ha explicado que “al caer un jugador
al suelo después de un choque con un contrario es muy probable que la rodilla o
el tobillo sufran una torsión que no es buena y con el peso del otro jugador
encima seguramente que se produzca una contusión o un esguince.”
El jugador del equipo de Ciencias Geológicas de la
Universidad Complutense de Madrid, Javier López Cilla, ha sufrido la última
temporada una rotura de tibia y peroné. “Fue por una mala caída cuando otro
jugador chocó contra mí para quitarme el balón, se me quedó el tobillo
bloqueado y por eso me partí el hueso”, ha declarado Javier. Antes de
producirse la fractura, López Cilla había sufrido la rotura del ligamento
cruzado de la rodilla de la misma pierna.
Radiografía de la pierna de Javier Lopez Cilla con el clavo de titanio, después de la operación. Foto: Javier López Cilla. |
El traumatólogo del Hospital Gregorio Marañón, Manuel
Cuervas Mons, encargado del tratamiento para la recuperación de López Cilla ha
expresado que “este tipo de lesiones suelen estar muy relacionadas con el
deporte pero no necesariamente con el rugby, ya que el fútbol, que es un
deporte que se practica mucho más, produce obviamente más lesiones”.
En el caso de López Cilla, Cuervas Mons, tuvo que realizar
una intervención quirúrgica por la cual “el paciente lleva introducido dentro
del hueso de la tibia un clavo de titanio de 40 centímetros, y cuando el hueso
esté completamente recuperado, se procederá a su extracción”. El traumatólogo
lo tiene claro: “mis pacientes jugadores de rugby suelen presentar lesiones de
los ligamentos de rodilla y tobillo y en caso de las fracturas de hueso lo más
habitual en este deporte es romperse las clavículas”.
Sin embargo, pese a los estudios que demuestran que las
rodillas y los tobillos son la 'oveja
negra' del rugby, al ser un deporte de tanto contacto, pueden producirse
lesiones mucho más graves. En diciembre de 2011, un jugador del Olímpico dePozuelo, Manuel Fernández, perdía la
consciencia y parte de la memoria tras un golpe en la cabeza.
El neuroradiólogo
intervencionista del hospital Gregorio Marañón, Manuel Francisco Villoria
Medina, ha expresado que “las lesiones de pérdida de memoria leve son comunes
tras recibir un golpe muy fuerte en la cabeza pero que no es muy normal que
ocurra mientras se hace deporte”.
Para la recuperación es muy conveniente
contar con la terapia de un logopeda, ya que agiliza la recuperación de las
zonas dañadas. “Lo normal es hacer un examen neurológico con una serie de
instrumentos sencillos y lo que se evalúa en el paciente es cómo habla, cómo
oye, si tiene la visión bien o si se mueve correctamente”, ha comentado
Villoria. Pero asegura que el caso de Manuel Fernández es ‘bastante inusual y
no se suele dar en el mundo del rugby”.
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