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Un notario prohíbe la presencia de un desahuciado en la subasta de su casa

El abogado asegura que es un acto público: "Cualquiera tiene derecho a entrar en una notaría" · El fedatario alega que es negocio jurídico privado · El afectado acusa de crimen social

Trabajadores y estudiantes reivindican el derecho de acceso a una Vivienda Digna
Cartel del 15M. / Jaume d'Urgell
Poca gente conoce las vicisitudes y etapas burocráticas que afectan al título de propiedad de un inmueble en caso de desahucio. El pleno dominio pasa por distintas manos, incluidas las de entidades de crédito, para ser entregado ulteriormente al mejor postor. Recientemente, los medios de comunicación intentaron presenciar una subasta pública para conocer qué pasa en el despacho de un notario en el momento en el que el banco adquiere el piso por un valor sensiblemente inferior al fijado en una hipoteca que los futuros desahuciados deberán seguir pagando. Sin embargo, el fedatario no dejó entrar a nadie distinto de la entidad bancaria, a pesar de tratarse de un acto público. Los integrantes del movimiento 15M personados tampoco pudieron acceder como testigos.
El notario encargado de elevar a público el documento y protocolizar la subasta, Alberto Moreno Ferreiro, por su parte, alegó que se trataba de un negocio jurídico privado y, por tanto, ajeno a terceros no contratantes: “No se puede entrar. Sólo pueden pasar postores que hayan depositado un tanto por ciento del precio para certificar que van a concurrir en la subasta. Esto no es un desahucio, es un acto privado en el que personas privadas no quieren que se haga público su puja ni que haya gente delante. Subasta pública significa que cualquiera que tenga un interés legítimo puede participar en la subasta depositando una parte del precio en el banco. Esto no es un espectáculo público ni un circo. Quien decide quién entra es el notario. Es cuestión de protección de datos”.
Con todo, en opinión del letrado José Manuel Ramírez esta notaría cometió irregularidades hasta el punto de negar el derecho de cualquier persona a presenciar una subasta. “Es un acto público, sin lugar a dudas. La publicidad en este tipo de actos no solamente es una garantía para que pueda acudir cualquier postor, sino que es una garantía de que las cosas se van a desarrollar de una manera legítima. Ese es el sentido de la publicidad. Evidentemente que tiene derecho cualquier persona a entrar en una notaría. Una notaría es un servicio público” comentó Ramírez.
El afectado, impotente, cayó en la desesperación de ver cómo subastaban su casa y apenas pudo expresarse a voces: “Los grandes crímenes sociales se cometen en la impunidad y el silencio. Poner a una familia en la calle no cuesta trabajo, y para esto la mayor protección, para que nadie sepa que pasa ahí dentro. La vida de las personas es lo último, primero los dineros y los intereses particulares. Esto es un espectáculo de injusticia. Casualmente a este notario le tocan todas las subastas extrajudiciales, cuando legalmente van por turnos”.
Finalmente, la vivienda se subastó y el afectado se sumó a la lista interminable de familias que se encuentran en la calle por el drama de los desahucios.

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