Los libros digitales adquieren un
mayor peso en el mercado editorial español cada año. Aumentan las editoriales
especializadas en libros con formato electrónico, las librerías encargadas de
sus ventas y los modelos disponibles para reproducirlos. Sin embargo, la
impresión de títulos en papel creció un 2,3% según las últimas estadísticas del INE, aunque con tiradas inferiores a la de producciones anteriores. En poesía
estos datos son más contundentes, en palabras de Pablo Méndez, Presidente de la Asociación de Editores
de Poesía, donde se aglutinan las editoriales especializadas más importantes
del país, “los e-books no son una prioridad en la edición de poesía como lo son
en novela, los lectores y compradores tiene perfiles distintos”, y afirma que
“las ventas en España son insignificantes, aunque es cierto que en el
extranjero, ante la dificultad de conseguir un ejemplar impreso, existen más
compradores”.
Los premios literarios concedidos
por los ayuntamientos, las editoriales que imprimen bajo demanda y a coste cero
para el autor, como la autoedición o la coedición dentro de un sello editorial,
ayudan a la proliferación de nuevos títulos. Así mismo, la edición de poesía en
papel y su resistencia a lo digital se debe “a que el poeta ve reconocida su
obra cuando se convierte en libro, es el ego del artista”, nos dice David
Bobis, editor, poeta y miembro del Círculo Independiente Ñ de escritores,
también aclara que “el libro termina siendo un objeto artístico, el lector de
poesía busca el libro como objeto material, para leerlo solamente puede irse a
Google y escribir el nombre de un poeta. Los editores están concienciándose de
esta idea, y gracias a ello los libros de poesía son distintos de una editorial
a otra, encuadernación distinta, materiales distintos, se le añade un valor por
el que la gente está dispuesta a pagar”.
Los mayores beneficiados de la
continuidad de los libros en papel son las librerías y las distribuidoras,
según el XV estudio de perfil del sector de la distribución de libros ypublicaciones periódicas realizado por FANDE (Federación de Asociaciones
Nacionales de Distribuidores Españoles) un 34% del valor del libro serían
ganancias para el punto de venta, mientras que la empresa distribuidora se
quedaría con un 13%. Los autores sólo cobran de media el 10% de las ventas de
su obra, porcentaje que aumentaría en la edición digital.
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