Los libros fabricados con cartón
aumentan su presencia en las librerías españolas. Se les denomina libros
“cartoneros”, aunque su edición es tan cuidada como la de cualquier libro
tradicional. Para encontrar su origen debemos mirar a Sudamérica, donde su difusión
se debe al bajo coste de producción, siendo la mejor manera de acercar la
cultura a todos los públicos, así como a una labor social y de barrio. En
España encontramos ejemplos de este tipo en pequeñas editoriales como
Cartopiés, del madrileño barrio de lavapiés, o la Asociación Cultural
ÁRTEse quien pueda. “Los libros cartoneros nos permiten hacer ediciones baratas
pero preciosas, atractivas para los lectores que no se ven frenados por el
precio” nos cuenta Cristina Rodríguez, ilustradora y diseñadora de ÁRTEse quien
pueda.
Junto a esta forma de rebajar los
costes y el precio de venta, coexisten otras ediciones “cartoneras”, en las que
se eleva el cartón a material artístico, es el caso de la Editorial Ultramarina ,
en la que cada ejemplar es único, trabajado por distintos pintores y
profesionales artesanalmente, lo que supone un incremento en el precio. Sin
embargo, Ultramarina sigue conservando la esencia inicial de estos libros al
ofrecer gratuitamente su descarga digital. En palabras de Daniel Macías, poeta
editado en cartón y bajo este sello “es esencial la posibilidad de descarga
gratuita, es el espíritu quijotesco de la creatividad”, sin quitar su valor al
libro material “poesía, cartón y pintura, fetiche, erste kunst, magia sin duda”.
Los libros cartoneros encuentran
su barrera en el bajo número de tirada, lo que impide estar presente en todas
las librerías y llegar a todos los lectores. Pero es también en el reducido
número de ejemplares, una media de 100 por tirada, donde encuentran la libertad
que los hace especiales, como comenta Macías “el libro de artista en general
tiene un sabor de obra única y personalizada imposible en la producción
editorial uniformada y masiva.”
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