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Madrid, 3 de noviembre de 2011.- El Consello da Cultura Galega presentó en Santiago el proyecto Vento que zoa (Viento que silba) que busca la difusión de la obra de los compositores gallegos de todas las épocas, asociando además cada uno de ellos a un artista plástico relacionado con él, temporal y estéticamente.
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| Maximino Zumalave, miembro electo del Consello Foto: Adolfo Enríquez |
El nombre de la página, uno de los versos del conocido poema Negra sombra de Rosalía Castro, fue elegido, según explica el coordinador de la sección de Música y Artes Escénicas, Maximino Zumalave Caneda, precisamente por el carácter emblemático del poema y de la autora, y porque “aspiramos a que la página llegue a ser para la música gallega ese viento fresco que con su sonido nos despierta y vivifica”. Aunque en principio se han incluido seis autores, tres del pasado y tres actuales, Zumalave dice que esto es sólo el germen de un proyecto más ambicioso que se traducirá en la posible elaboración de una guía didáctica para poder dar a conocer la música y el arte gallegos.
Cuenta que el proceso para escoger a los artistas plásticos consistió, en el caso de los compositores antiguos, en buscar pintores contemporáneos a ellos que fuesen afines en ideales y sensibilidad, y que, en el de los autores actuales, ellos mismos eligieron entre los fondos del archivo del Consello. Del contenido textual y musical se encargaron distintos ponentes que aportaron los datos biográficos, escogieron las obras e incluso facilitaron detalles técnicos sobre ellas.
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| Isabel Villoch, ponente en el Consello Foto: I. Villoch |
Una de las encargadas de la sección de música clásica del archivo sonoro de Galicia, Isabel Villoch Villoch, revela que el mayor problema con el que se encuentran es con el de la reclamación de derechos de la SGAE, ya que no cuentan con fondos para ello y aunque los autores suelen cederlos sin problema no ocurre lo mismo con los herederos. Zumalave opina que debería existir una exención de derechos cuando se trata de la utilización de las obras sin ánimo de lucro y más si se hace con el fin de promocionarlas.
Ante la pregunta de por qué ha habido tan pocos compositores relevantes en la historia de Galicia, el compositor de Guláns (Pontevedra), Rogelio Groba, el más veterano y reconocido de los tres actuales que aparecen en Vento que zoa responde: “es una cuestión social y económica. Si Beethoven hubiese nacido en Galicia habría hecho muiñeiras (http://www.youtube.com/watch?v=uJ1ynTMUj0c) para gaita y no sinfonías (http://www.youtube.com/watch?v=22wEhOdfAfA&feature=related). Uno es fruto de los estímulos que le rodean, no basta con tener aptitudes naturales, es necesario tener las posibilidades de formación y el ambiente cultural. Aquí los conservatorios son algo de ayer por la tarde, y excepto en A Coruña donde siempre hubo una tradición musical y operística, no existía ninguna posibilidad de acceder a la música “culta”. Maximino Zumalave, coincide en señalar como causa de la escasez de autores la falta de ambiente musical y de orquestas pero emplaza al público gallego al descubrimiento de un gran compositor ferrolano, Pepito Arriola, alumno de Richard Strauss, del que acaba de grabar parte de su obra con la Real Filharmonía y que asegura va a destruir todos los tópicos sobre el tema.
Y en cuanto al desconocimiento de los autores gallegos dentro y fuera de la Comunidad, el propio Groba
dice: “Galicia es un país suicida, no cree en sí mismo, se avergüenza
de lo que es”. Se muestra de acuerdo con la frase dicha en una ocasión
por el presidente de la RAG, Méndez Ferrín:
“hay gallegos que padecen el ‘síndrome Michael Jackson’, el problema de
autoestima de ‘los que quieren ser blancos’, gallegos que se operan el
alma para no tener acento”. Y continúa: “cuando llegabas al Oráculo de Delfos
había un cartel que decía ‘Conócete a ti mismo’. Si no te conoces, si
no sabes quién eres, no puedes llegar a ninguna parte. Yo he compuesto
casi 600 obras, 12 sinfonías, 5 óperas, pero es prácticamente imposible
oírlas en una sala, porque las orquestas gallegas se olvidan de
nosotros, los compositores de nuestra tierra. Esperemos que iniciativas
como Vento que zoa ayuden a resolver este problema”. Así sea.
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