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La poesía también tiene voz de mujer

Andrea Aguirre (Madrid, 1980) publicará su tercer libro a comienzos de año, El ciclo lunar de los paréntesis, un poemario ilustrado que intentará competir con la creciente ola de los e-books. Una poeta con una voz única poco acostumbrada a hablar de su obra.


P: Han pasado cuatro años desde tu último libro, ¿a qué se debe esta larga espera para tus lectores?

R: La verdad es que no quedé del todo satisfecha con mis anteriores publicaciones, quizá por tomar decisiones demasiado apresuradas o por no haber dedicado tanto tiempo a perfeccionar mi trabajo. Quería que este nuevo proyecto fuera más reflexionado, con menos prisa. A veces, los poemas hay que dejarlos reposar para que tomen su forma definitiva. Por otro lado, no siento la necesidad imperativa de publicar mis obras, por lo que no me importa esperar a que sea el momento adecuado para hacerlo, como creo que lo es ahora.

P: ¿Es misión del poeta la de publicar o es más una costumbre muy arraigada?

R: Yo diría que la única misión del poeta es escribir poesía. La publicación es una consecuencia más o menos lógica que tiene que ver con la forma en que está establecida nuestra sociedad. Lamentablemente, esa es casi la única forma de difusión que tiene el género lírico pero, en mi opinión, están naciendo alternativas muy válidas con el desarrollo de las nuevas tecnologías y las posibilidades que nos ofrece Internet, como por ejemplo, el gran auge de los blogs. Aunque también es cierto que el libro en papel tiene un especial atractivo para los amantes de la literatura y casi cualquier poeta desea ver sus poemas plasmados del modo “tradicional”.


P: Poetas como Francisco Ávila, pese al valor de su obra y su reconocimiento, prefieren vivir ajenos al mundillo literario, o al menos no ser actores principales, ¿qué opinas de que grandes poetas no se den a conocer? ¿Te sucede a ti lo mismo?

R: Respeto y admiro profundamente a Francisco Javier Ávila y comprendo perfectamente su decisión. No siempre se tiene la necesidad de entrar en ese “mudillo literario” que en muchas ocasiones es bastante cerrado y artificioso. El profesionalizar el acto de la creación literaria puede ser muy agotador para quienes no comulgan con el funcionamiento del sistema establecido o que, por  motivos personales, prefieren vivir apartados del tipo de vida que este conlleva. En cuanto a mí, no me considero dentro del grupo de grandes poetas por lo que el hecho de preferir apartarme de ese mundo (o al menos no implicarme demasiado) se debe más a mi preferencia por otro tipo de profesiones y objetivos vitales más allá de mi propia difusión literaria.   


P: El mundillo literario tiene fama de cerrado, pero, ¿existe un único círculo hegemónico o hay alternativas?

R: Hay alternativas, pero muchas de ellas acaban siendo igual de herméticas que el sector dominante. Lo ideal es saber introducirse en todos los ambientes que ofrecen la posibilidad conocer nuevas ideas y proyectos, y no quedarse anclado en ninguno. Lo peligroso es caer en la trampa de cerrar el círculo, cuando es mucho más enriquecedor para cualquier profesión creativa poder tener contacto con la mayor diversidad de propuestas posible. Hay que moverse en redes, no en formas cerradas.


P:  Tu nuevo poemario se titula el Ciclo lunar de los paréntesis, ¿nos explicas la metáfora?

R: La idea surgió de la relación visual entre la forma de los paréntesis tipográficos y la forma de la luna en cuartos. El poemario está divido en dos partes separadas por un paréntesis vital que supone una sensación de oquedad, de forma que, comenzando en cuarto menguante, después del vacío, acaba en cuarto creciente con la esperanza de llegar a la plenitud. La comparación de las experiencias personales que están plasmadas en el libro con las fases del ciclo lunar fue casi imprescindible, ya que, por muchas razones, mi vida siempre ha estado íntimamente relacionada con la luna.


P: Además de poemas podremos encontrar entre sus páginas ilustraciones, ¿su intención es completar el poema, reforzarlo o buscar una implicación del lector?

R: Las ilustraciones no completan o refuerzan los poemas, ya que ambos son obras independientes con un significado acabado. Me interesa lo que puede sugerir la relación de ambos significados, ya que es como si naciera una obra nueva en la que los dos tipos de lenguajes se comunicaran entre sí transmitiendo un mensaje distinto al original. Tampoco se trata de buscar una mayor implicación del lector, sino de enriquecer el poemario con otra forma de expresión artística distinta. La psicología Gestalt afirma que el todo es más que la suma de las partes y, en este caso, creo que se cumple esta afirmación.


P: Ante una nueva publicación vienen las presentaciones, ¿en qué ciudades podremos verte?

R: Las presentaciones son la parte más complicada porque hay que organizar los eventos, coordinar las fechas... Es cansado, sobre todo cuando tienes que trasladarte lejos de tu ciudad y compatibilizarlo con la rutina diaria. Pero con El ciclo lunar de los paréntesis me apetece mucho más que en ocasiones anteriores, posiblemente porque han sido muchos años de dedicación para verlo salir a la luz. En Madrid seguramente se harán presentaciones en varios sitios, como librerías o cafés literarios. Posiblemente también se hagan presentaciones en Barcelona, Cáceres y Lugo. Otras ciudades ya se estudiarán sobre la marcha.


P: También podremos verte el 17 de diciembre presentando otro libro, Ropa tendida, esta vez escrito junto con otros poetas. ¿Qué diferencias hay entre un libro propio y uno escrito con otros creadores?

R: Ropa tendida es un proyecto que ha nacido con mucha ilusión y con las ganas de crear algo compartido entre los compañeros de una Asociación Cultural. En el proceso no hay grandes diferencias con la creación individual excepto por la necesidad de ajustarse a los tiempos previstos, ya que cada uno de nosotros ha trabajado individualmente con sus ideas y estilos propios. La diferencia es más notable en el resultado. Un poemario conjunto es más llamativo, porque se tiene la posibilidad de leer más de una voz poética en una misma obra. Además, es muy interesante que poéticas tan diferentes puedan llegar a complementarse y crear una obra cerrada con una línea creativa propia.


P: Eres mujer y escribes poesía, ¿implica el sexo del escritor un matiz distinto en la voz poética?

R: Los matices, más que en el sexo, están en la personalidad del poeta. Evidentemente la condición de género puede influir en ciertos aspectos literarios, al igual que la cultura, el idioma o la nacionalidad. No creo que exista una poesía femenina y otra masculina. Creo que existe diversidad de poesías y de poetas. Pero tampoco se puede negar que este es un mundo que ha sido siempre predominantemente masculino y, por desgracia, todavía en la actualidad es difícil para una mujer abrirse camino en él.


P: Recomiéndanos a un poeta y a una poeta.

R: Oliverio Girondo y Alejandra Pizarnik. Son hasta ahora los dos poetas que más me han impactado y que más he releído, a pesar de no ser los que más me han influenciado, ya que ambos se sitúan en movimientos vanguardistas como el Ultraísmo y el Surrealismo, que como estilos en general no son los que más me motivan. Es curioso como muchas veces leemos con admiración obras muy alejadas de las nuestras y, sin embargo, somos capaces de identificarnos con la misma intensidad que si hubieran sido escritas por nosotros mismos.

Foto: Andrea Aguirre




Herida


Toma
mi corazón con tus manos
                                apriétalo
                               estrújalo
                           tíralo
                              rásgalo
                                rómpelo
                                 muérdelo
                            písalo
                              aráñalo
                      incluso dinamítalo

está tan lleno
que no podrás desangrarlo.


De El ciclo lunar de los paréntesis

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