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“Se habla mucho de economía, pero el capital humano también es vital”

ENTREVISTA:  CARMEN MAESTRO MARTÍN  Presidenta del Consejo Escolar del Estado

Foto: Consejo Escolar del Estado
El Consejo Escolar del Estado ha publicado el pasado 1 de septiembre su informe anual sobre la situación de la Educación en España en el curso escolar anterior, el 2009/2010. En dicho informe, aparte de hacer un balance de la situación del alumnado, profesorado y de la institución educativa en general, se analiza la situación concreta de los alumnos inmigrantes en las escuelas españolas, y se hace hincapié fundamentalmente en los problemas a los que se enfrentan. Uno de los aspectos más destacados del pasado curso escolar ha sido el recorte de los gastos, hecho que el informe critica en sus primeras páginas: “han trasladado parte del pago de la crisis al profesorado y al sector educativo que no la causaron”.
La función principal del Consejo Escolar del Estado es asesorar al Gobierno en materia educativa respecto a los proyectos de ley o reglamentos que puedan ser propuestos. Está integrado por sectores como el de alumnos, padres, docentes, representantes sindicales, empresariales y universitarios, entre otros. Juntos participan en la preparación de propuestas, dictámenes e informes. “El Ministerio de Educación acepta las propuestas que hacemos casi en un 80 por ciento”, afirma su presidenta, Carmen Maestro Martín (Madrid, 1954).
Pregunta: ¿Qué consecuencias ha producido la crisis económica en el alumnado inmigrante?
Respuesta: Tras 10 años de crecimiento espectacular, sobre todo en infantil y primaria, se han estancado las cifras de inmigrantes en las aulas, también por la vuelta de los padres a los países de origen.

P: El informe revela que algunos centros escolares llegan a albergar un 70 por ciento de inmigrantes. ¿Lo considera negativo?
R: Sí. No me gusta utilizar ese término, pero se crean guetos.

P: ¿En qué resulta problemático?
R: El único problema es que para una real y efectiva integración no debería haber un porcentaje muy alto de inmigrantes en una escuela porque si no la integración no se da.

P: ¿A qué se refiere usted con “integración”?
R: Una integración plena de derechos que se tiene que dar en el plano social, político y económico. Tiene que haber un deseo por parte de la persona de conocer las costumbres, la cultura, etc. No hablo de una aculturación, pues hay que respetar siempre la cultura del que viene. La integración tiene que venir por las dos partes, pero hay que tener claro que el país que recibe es el país que tiene que marcar sus improntas culturales. En este contexto la educación es una palanca para el éxito.

P: ¿A qué es debido esta afluencia masiva de alumnado inmigrante en ciertos colegios?
R: Los padres eligen, normalmente, el centro escolar más cercano al domicilio familiar. Si tenemos en cuenta que hay barrios donde la presencia de inmigrantes es muy grande, se llega a alcanzar estas cifras.

P: ¿Qué consecuencias se derivan de esta situación?
R: Estos centros suelen ser complicados porque el profesorado tiene que abordar otros problemas, por ejemplo, cuando los alumnos no dominan bien la lengua, o tienen problemas económicos o sociales... y no hay recursos suficientes para ello. No se puede dar el mismo dinero a un centro con este tipo de problemas, que a otro donde van alumnos de clase media. Estos centros escolares son tachados de problemáticos e incluso cuando se supera un porcentaje de alumnos inmigrantes dejan de matricularse los alumnos nativos del barrio.

P: ¿Cuando habla de la lengua se refiere a la problemática de aprender español?
R: Después de cinco o seis años hablan castellano perfectamente. Más bien es un problema de comprensión lectora. Estos niños leen pero no pueden explicar lo que leen.

P: El rendimiento escolar de los niños inmigrantes es inferior al de los autóctonos, también para los latinoamericanos, quienes no tendrían tantos problemas con la lengua...
R: Influye mucho el nivel cultural de los padres. Si la familia es analfabeta o tiene un nivel cultural bajo, la cultura no llega al niño. Tenemos constancia de experiencias muy positivas cuando también se escolariza a los padres.

P: El informe da a conocer que las cifras de abandono escolar todavía son relevantes, así como el bajo porcentaje de inmigrantes que tras la educación obligatoria prosiguen con sus estudios.
R: Aunque la tendencia ha mejorado mucho en los últimos años, en muchos casos los propios jóvenes tienen sensación de fracaso debido a nuestro rígido sistema educativo. Es importantísimo aquí las expectativas de las familias. Muchas desean que acaben cuanto antes para que se pongan a trabajar, sin darse cuenta de que eso es pan para hoy y hambre para mañana. También influye la capacidad del profesor que confíe en el alumno y le motive, aunque tenga resultados malos.

P: ¿A qué se refiere cuando dice que el sistema educativo español es muy rígido?
R: Si alguien no termina la Educación Secundaria no tiene derecho a título ni a nada, aunque se haya pasado 16 años estudiando, como si fuera analfabeto. El año pasado se ha empezado a aplicar el dar un papel indicando las competencias que tienen esos alumnos, aunque oficialmente no hayan terminado los estudios.

P: ¿En estos centros problemáticos de los que hablaba al principio se dan problemas de violencia?
R: Sí, aunque no es un fenómeno masivo. Los centros educativos no generan la violencia, sino el ambiente de exclusión en general. Muchos jóvenes se intentan proteger haciéndose los “gallitos” y se originan pandillas, y se crean problemas de convivencia. Hay que invertir en educación, más que en policía.

P: ¿Qué sería necesario para evitar estos problemas en determinados centros?
R: Habría que evitar que se concentrara más de un 30 o 40 por ciento de inmigrantes en un centro escolar. Se podrían facilitar becas de alimentación y transporte para que algunos niños se pudieran desplazar a otros centros, respetando el derecho a elegir de los padres. Por otra parte, es injusto dar el mismo dinero a estos centros escolares que a los demás, cuando tienen diferentes necesidades.

P: ¿Repetir curso no es la solución?
R: No. La solución no es meter a los repetidores con aumnos más jóvenes. Hay que hacer algo más por ellos. Cada persona tiene un ritmo diferente y no se puede tachar a alguien de tonto y meterlo en la clase de los tontos, sino que hay que ayudarlo. Las dificultades hay que detectarlas al momento, y sobre todo de 6 a 9 años. Debería haber un profesor que se encargara de estos alumnos como si fueran su padre. También necesitamos un asistente especial o alguien relacionado con grupos de riesgo, no podemos dejar esta tarea al profesor.

P: ¿Habría que aumentar los fondos gubernamentales?
R: Más inversión y además más eficiente. Es mucho más barato dedicar más profesorado en edades tempranas de apoyo que el gasto generado por las repeticiones de curso. Hay buenas experiencias que muestran que la solución no es bajar el número de alumnos por clase, sino que hayan dos profesores en un aula. Hay que evaluar constantemente lo que hay, para ver si las medidas que se aplican funcionan, y no alargarlo hasta el infinito.

P: ¿Qué opina de los recortes educativos en un contexto de crisis como el actual?
R: Me parece que es lo útimo en que se debería recortar. La mejora en la educación es un proceso lento, pero el retroceso es rapidísimo. Y si hubiera que recortar, al menos no debería ser de forma indiscriminada, sino recortar donde hiciera menos falta. Se habla mucho de economía, pero el capital humano también es vital.


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