Una ONG
reclama a los partidos políticos un reglamento para los CIE
El CIE de Aluche en Madrid |
Madrid, 1 de noviembre de 2011.- A pocos
metros de la madrileña parada de metro de Aluche se encuentra un
complejo de edificios de estructura baja y colores estridentes
amarillo dorado y azulón. La arquitectura pareciera más propia de
un lugar de ocio que de un instrumento punitivo. Un muro simple, y del
mismo amarillento color, rodea el recinto, sobre el cual se alzan un
par de cámaras de vigilancia. Las rejas aparecen camufladas por unas
mamparas ovaladas azul mahón. Se trata de una comisaría de
policía, pero también de un Centro de Internamiento de Extranjeros
(CIE). Las personas que van a hacer visitas a los inmigrantes
apresados en el CIE tienen que esperar a la intemperie bajo una
improvisada carpa. Los baños se encuentran a la puerta del recinto,
y son de plástico. Una muchacha que vende boletos de teléfono hace
las veces de funcionario de policía, ya que se encarga de preguntar los
números a los que se quiere visitar. Porque los inmigrantes que se
encuentran en el CIE apenas son números que les son asignados al
entrar. Al cabo de un rato viene un policía y recoge los apuntes de
la vendedora de boletos. Junto a cada número que el funcionario lee
en alto se exige el documento identificatorio de la persona que
pretende hacer la visita.
El pasado 28 de octubre la
Organización no Gubernamental (ONG) Pueblos Unidos lanzó una
campaña para recoger firmas través de la comunidad global online Avaaz. Se aprovecha la cercanía de las elecciones generales del
próximo 20 de noviembre para apelar a los distintos partidos
políticos la adopción de un reglamento para los CIE. Además se
pide que la clase política se "posicione" contra la
"criminalización de los inmigrantes" y la "represión
en los CIE".
La
actual Ley de Extranjería incluye en su texto la necesidad de
"desarrollar reglamentariamente" los CIES, hecho que de
momento no se ha producido. La socióloga y profesora de la
Universidad Nacional de Educación a Distacia (UNED), María RosarioSánchez Morales, opina que estos centros "están muy
masificados" y que se deberían regular "estrictamente"
para que fueran lo más humano posibles.
El policía de turno
acompaña a las visitas de los detenidos hacia un edificio del
complejo. Tras subir dos pisos toca volver a esperar en una salita de
estar. Los agentes vuelven a recitar los números a visitar y uno por
uno van pasando los familiares y amigos hacia un pasillo que cuenta
con 11 cabinas transparentes. Cada cubículo dispone de una silla y
una estantería sobre la que se encuentra un teléfono. "¿Tienes
algo para pasarle al interno?", le pregunta un policía a una
mujer morena. Entre sus enseres se encuentra un desodorante roll-on.
El agente lo coje y mira detenidamente. "Tiene que tener la bola
transparente y éste la tiene blanca. No se puede pasar",
afirma. Ante la cara de incredulidad de la mujer, añade el
funcionario: "Es que las malas personas luego le meten cosas".
Los números pasan
uno a uno. Los policías abren el ventanal transparente de la parte
delantera de la correspondiente cabina para que los detenidos
pudieran saludar a los visitantes.El tiempo justo para dar un
apretón de manos, y se interpone nuevamente el cristal en la
comunicación, que a partir de ahora se realizará a través de un
teléfono. La comunicación duró, en esta ocasión, 15 minutos.
"Otros días dejan al menos media hora", comentan dos
mujeres jóvenes.
"Los CIES son peores
que cárceles"
La
Ley Orgánica de Extranjería (LOEX) contempla una sanción por
estancia irregular en España de multa o expulsión "atendiendo
al principio de proporcionalidad y mediante resolución motivada".
La ONG Pueblos Unidos denuncia en su informe anual del 2010 que
aunque en teoría se reserva el internamiento en los CIE para las
personas con antecedentes penales, en la práctica "el
internamiento se usa indiscriminadamente para personas sin
antecedentes, con familia y trabajo, que podrían hacer frente a una
eventual multa". La abogada de SOS Racismo, Isabel Lima, afirma
que a los inmigrantes ilegales los detienen "en lugares públicos
de imprevisto y los meten en el CIE para facilitar su expulsión".
Denuncia que la ley contempla que se puede internar a un extranjero
en el CIE sin tener todavía una orden de expulsión, como medida
cautelar: "A veces es más una estrategia que
responde al propósito de poner sobre aviso a quienes se arriesgan a
entrar ilegalmente en España.”. En ocasiones aumentan “las
redadas” y el encierro en el CIE de una determinada nacionalidad
“para llenar un avión que sale al país de origen de dichas
personas”, prosigue Lima.
La Ley de Extranjería
recalca que los lugares de internamiento de extranjeros "no
tendrán carácter penitenciario", y que se trata de un
"internamiento preventivo" que puede durar hasta 60 días. El antropólogo y profesor
de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), UbaldoMartínez Veiga, opina que los CIE son “campos de concentración”
en los que se encierra a inmigrantes por la falta administrativa de
no tener `papeles´. Afirma que son “peores que las cárceles”
porque a los detenidos “les quitan todos los derechos que podían
tener” y no hay ningún tipo de “control efectivo”. “En las
prisiones tienen gente que trata de entender a los prisioneros”,
los CIES son controlados por policías, “en vez de haber
funcionarios”. Es un “sistema de disciplina brutal, en el que se
hay unos maltratos brutales llevados por la Policía”, prosigue.
La LOEX apunta a que los
CIES “estarán dotados de servicios sociales,
jurídicos, culturales y sanitarios", además de que los
internados "podrán formular quejas". Sin embargo, la ONG
Pueblos Unidos denuncia en su último informe del año 2010 que hay un grado de desinformación muy grande entre los
retenidos, por ejemplo, no saben cómo poner quejas, no saben quienes
son sus abogados, o no hay intérpretes para los que no hablan
español. Por otra parte, según este organismo “la asistencia
médica es muy deficiente”. Isabel Lima revela que las celdas no
cuentan con urinario propio, con lo cual “si el funcionario no
quiere o tarda en abrir la puerta se tenga que mear en los lavabos”.
Por último, tanto la ONG SOS Racismo como Pueblos Unidos transmiten
las denuncias de muchos internos de que se producen “castigos
generalizados, violencia por parte de los funcionarios, malos tratos
en los traslados a aeropuertos, así como vejaciones verbales”.
Isabel
Lima tiene claro que la falta de regulación es la causante de muchas
de estas denuncias. A pesar de que la LOEX tenía previsto regular el
funcionamiento de los CIES desde 2009, “ni siquiera existe un
borrador del reglamento y los principales partidos han decidido
ignorar el tema en sus campañas electorales”, como reza la
petición online de firmas. De momento algunos partidos políticos
como EQUO, Unión Progreso y Democracia (UpyD) o Izquierda Unida (IU)
ya se han adherido a esta petición. Ninguno de los partidos
mayoritarios, Partido Popular (PP) o Partido Socialista (PSOE) se han
pronunciado de momento al respecto. La iniciativa apela, por último,
“a una gigantesca protesta ciudadana” que pueda “forzar” a
los dirigentes “ a comprometerse
públicamente para cumplir la ley tomando medidas inmediatas en la
próxima legislatura".
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