El triunfo de la movilidad sostenible es el objetivo más cercano buscado tanto por fabricantes de automóviles como por los gobiernos y los ciudadanos concienciados con el medio ambiente para reducir las emisiones de gases tóxicos en la atmósfera.
“Al hablar de vehículos de contaminación cero, es habitual pensar en baterías eléctricas que necesitan recargarse constantemente, pero existen más opciones, como por ejemplo la energía eólica”, declara Sonia Franco, directora de comunicación de la Asociación Empresarial Eólica (AEE). La energía eólica está considerada por la AEE como una de las energías más limpias del planeta.
El funcionamiento de los automóviles que se alimentan de esta energía tiene un funcionamiento muy sencillo. Se basa en recoger y almacenar el suministro de energía eólica que se consigue al poner el vehículo en funcionamiento y recorrer una trayectoria determinada.
Existen además nuevos avances de energía eólica con respecto a las redes de recarga. Se pueden instalar pequeños generadores eólicos que permitan recargar las baterías de los coches eléctricos en las ciudades. En agosto de 2011 la empresa neoyorquina Urban Green Energy Inc. (UGE) desarrolló una turbina que recogía energía eólica compatible para funcionar como una “electrolinera”. Este aparato tiene una altura de 12 metros y cuenta con una capacidad de generar 4 kilowatios de potencia totalmente limpia, que traducido a la recarga de un vehículo eléctrico estándar supone un tiempo de entre tres y seis horas. Aunque comenzó con un precio demasiado elevado, alrededor de 24.000 euros, se espera que en un año su comercialización se consolide y permita ofrecer unos precios más competitivos.
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